LA RESCISIÓN DEL CONTRATO

Por Rousseau, Sartre, Hesse y Ortega y Gasset.

PRÓLOGO

Toda vez que “abrimos la boca” incurrimos en cierta dosis de hipocresía, ¡Ay si Sartre se hubiera dado cuenta de esto! Es inherente al ser humano y asumo mi condición de simple mortal al entregarme a este cometido. Por otra parte, hipócrita sí, pero no dogmático −en el mal sentido− (No pretendo establecer doctrina cerrada ninguna) ni demagogo (No busco el halago de nadie sino un filón de Verdad, por estrecho que sea), palabras que se suelen confundir a base de emanar de bocas poco duchas.

INTRODUCCIÓN

No parto del cogito cartesiano porque, por ejemplo, una ameba existe aunque dudo mucho que piense. Lo que existe es la ameba, no la palabra ameba, que será diferente en cada idioma, es decir, el pensamiento y la existencia no están ligados al lenguaje, como muchos nos quieren hacer creer. Yo parto directamente de la existencia sartriana, sin necesidad del cogito ni de un Dios creador. Me explico, existimos porque sí, es tan evidente que constituye un axioma en sí mismo. Y partiendo de la evidencia de que existimos y de que esta existencia es espaciotemporal, no es relevante que la esencia de cada uno, de cada ser vivo y de todo lo inanimado, sea anterior (como pretendía Aristóteles) o posterior (como sugería Sartre) al ser. Y desde luego parto de que es un error hablar de la muerte como la nadificación del ser (Nietzsche, Sartre…) en un contexto espaciotemporal, porque no existe un antes y un después de la muerte.

Entonces ¿qué es ser? La respuesta es muy clara, ser es una secuencia de situaciones espaciotemporales, cada una de ellas (si pudiéramos dividirlas) con su propia esencia (infinitesimal). Por ejemplo, en el caso del ser humano, por el mero hecho de ser seres orgánicos existen como mínimo dos esencias demostrables (aunque sabemos que en la práctica son infinitas, tantas como situaciones espaciotemporales); el llamado genotipo (Nuestra constitución genética arbitraria) y el llamado fenotipo (Nuestra constitución contextual arbitraria), y siendo ambos arbitrarios, su simple combinación da lugar a infinitas esencias humanas.

EL ESPACIOTIEMPO

Igual que por observación directa de la naturaleza de las cosas o psicológicamente ya podríamos habernos dado cuenta de la relatividad del tiempo antes de que Einstein-Maric (Planck) la demostraran −ya que si, por ejemplo, estamos muy activos el tiempo pasa más “rápido” y viceversa−, lo mismo ocurre con la linealidad de la vida. Calderón de la Barca lo expresa en su obra cumbre como:

“¿Qué es la vida? Un frenesí,
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño,
que toda la vida es sueño
y los sueños, sueños son.”

Pues bien, al igual que Einstein es más verdadero que Newton −aunque Newton sirve perfectamente todavía para lo cotidiano−, es un error pensar en la vida como una secuencia lineal, el espaciotiempo no es lineal, se crea y distribuye armónicamente por el Universo. Borges decía: “Somos tiempo.” Yo digo: “Somos espaciotiempo.” A nuestro nivel la velocidad es el factor determinante, pero ¿quién sabe si es universal? Yo lo dudo, como dudo de todo lo que no esté demostrado, y más aún cuando sabemos que lo mucho más pequeño y lo mucho más grande que nosotros suele comportarse de forma muy similar entre sí, pero completamente diferente a lo que está a nuestro nivel.

Por lo que sabemos hasta hoy el espacio y el tiempo están absolutamente ligados, así que no es correcto hablar del espacio o del tiempo sino de situaciones epaciotemporales. Esto es muy práctico para evitar uno de los problemas históricamente controvertidos de la filosofía, la trascendentalidad o no de los actos y la vida. Las religiones optaron por retrasar la cuestión a base de reencarnaciones o de implicar actos de la vida en el futuro tras la muerte. En cualquier caso nos hablan de vidas eternas o similares. Esto causaba un gran problema psicológico a quien en ello pensaba, porque aunque nos cuesta aceptar el “nunca más” tampoco es fácil comprender el “siempre”. Los agnósticos prefirieron no darle vueltas al tema y los ateos se decidieron por el “nunca más”. Sin embargo, todos estos razonamientos son inexactos, ya que nos hablan del tiempo y no del espaciotiempo (que esperemos algún día sea una única palabra y a poder ser más corta).

Para que se entienda: Yo estoy naciendo en una situación espaciotemporal, vivo en una secuencia espaciotemporal y estoy muriendo en otra situación espaciotemporal, de forma que no tiene sentido pensar dónde iré cuando muera, porque el futuro no existe al no poder separar el tiempo del espacio, o, vulgarizando, yo “siempre” “estaré” viviendo en mi secuencia espaciotemporal y la trascendencia de mis actos y de mi vida estará irremisiblemente asociada a ella.

DIOS

De existir Dios (o varios dioses) hay que tener en cuenta dos factores imponderables, a saber: No existe en el mundo una persona que sepa más que otra sobre “Él”, y tiene que ser universal. Es decir, hay una imagen de Dios en cada creyente, pero hay una única realidad del mismo. Esto implica que cualquier doctrina colectiva (judaísmo, cristianismo, budismo…) sea un absurdo convenio espiritual. Todavía más preocupante es que este sentimentalismo tradicional se extienda a lenguas y lugares (Nacionalismos), partidos políticos y medios (Ideologías), líderes hereditarios (Monarquías), y hasta ejércitos y agencias de espionaje. Es significativo que en los billetes del país más potente del momento se lea In god we trust.

RESPONSABILIDAD

¿Sobre qué personas recae realmente la responsabilidad? Tal es el ser humano que basta observar quiénes la rehuyen como si de un fantasma se tratara. Las personas que deben sentirse abrumadas por la responsabilidad son los tutores legales de los menores, los docentes, los doctores, los políticos, los jueces… Estos son los que cargan con el mundo a sus espaldas (o deberían), pero desde luego no los empresarios, los banqueros, los abogados y fiscales, ni nadie relacionado con el deporte, que extrañamente se atribuyen constantemente una responsabilidad hacia lo ajeno, que no es más que hacia lo propio.

Es muy sencillo, ¿qué ocurre si un anestesista no paga el seguro por descuido? Si su paciente muere o sufre complicaciones, además de la responsabilidad moral queda endeudado de por vida y probablemente pierda su libertad física. Ahora bien, ¿qué le ocurre a un presidente si su banco quiebra? Nada, absolutamente nada. Tiene dinero de sobra para esperar otra oferta de trabajo y se toma unas vacaciones de lujo, quizá de por vida. Sus empleados se van a la calle, sus clientes se arruinan si el gobierno no interviene, y si interviene nos arruinamos todos un poquito. Pero esa persona, siendo teóricamente responsable última de mucha gente, no sufre ninguna consecuencia práctica.

LIBERTAD VS. SUERTE

¿Por qué lo llaman libertad cuando quieren decir suerte? Por ejemplo, cuando un cubano emigra a Estados Unidos, si las cosas le van bien pensará que es un país más libre, simplemente porque su situación le proporciona mayor libertad.

Por más que los filósofos a lo largo de la historia han pretendido demostrar la libertad del ser humano, solo han llegado a ejemplos, anécdotas y fábulas ridículas, en el mejor de los casos estéticas. La realidad es que el ser humano no es libre en absoluto y nunca lo ha sido. Siempre ha estado condicionado por innumerables factores que han limitado sus actuaciones. A menudo los demás mamíferos ejercen en su quehacer más libertad que el ser humano. Puede que el ser humano sea capaz de imaginar más libertad que otros animales, pero desde luego, en general, no los supera en su ejercicio.

Habla Maquiavelo ya de la suerte frecuentemente en El Príncipe, cuando el sistema político, económico y militar estaba mucho menos desarrollado, siendo, como bien hace notar Rousseau, un libro sutil aunque claramente a favor de la república. Aunque constantemente se pretende demostrar que no es así con ejemplos irreales, raros o manipulados, vivimos en una sociedad snob, que significa sine nobilitate (Ortega y Gasset), es decir, sin nobleza. En general los cometidos de las personas se deciden por la suerte, por herencia, posición o amistad (mal entendida), por dinero… y no por una valía demostrada. Tenemos así arquitectos a los que se les caen puentes, cirujanos manazas, políticos corruptos o que no saben hacer la “o” con un canuto, profesores que no saben o no quieren enseñar…

POLÍTICAECONOMÍA

El que crea para ser libre y hacer libre a la Humanidad (ya sea un artista como Basquiat o un tecnólogo como Tesla) se enfrenta al poder de lo económico.

Hemos llegado a un punto en el que la gente no propone lo que se va a votar ni participa en las votaciones. Es más, las pocas convocatorias electorales a las que somos convocados suponen elegir entre tan pocas opciones y a la par tan similares, que el hecho de votar convierte no en demócrata sino en cómplice del sistema.

Los gobiernos actuales, incluso los (un poquito) más democráticos, tienen el control de todo lo humano, pueden prohibir o autorizar cualquier actividad, pueden gravarla con impuestos en mayor o menor medida, pueden cambiar o incumplir el código penal o civil incluso apoyándose en sucesos puntuales, si el país tiene constitución o estatutos también los modifican a placer… y sin embargo, no controlan el dinero, es sagrado parece ser. Se atreven, por así decirlo, a dejar a las personas sin apenas libertades efectivas, pero el mundo del dinero no está en su ámbito, el dinero es el que tiene que ser libre y no los seres humanos.

Así que para que el dinero sea libre todos los seres humanos (o la mayoría) vivimos encadenados. Lo más triste del asunto es que la mayor parte del dinero no sirve para nada, no tiene ninguna utilidad, simplemente se crea, fluye por los ordenadores, y por si acaso a alguien se le ocurre ahorrar, se crea más para que valga menos. Al que tiene poco los bancos y cajas de ahorro le quitan parte, y al que tiene mucho, le dan más. Es el timo de nuestra época, que unos cuantos han desarrollado desde hace más de un siglo, haciéndose con un poder hereditario, y haciéndonos a todos los demás esclavos.

Nunca en la historia (y me atrevería a decir en la prehistoria sin miedo a equivocarme) ha existido tanto poder concentrado en tan pocas manos. Vivimos en un mundo que demanda una revolución, que, como bien recordaba Ortega y Gasset no hay que confundir con rebelión. La cuestión no es enfrentar, sino afrontar. ¿Por qué no sabemos exactamente quiénes son esos poderosos que controlan el mundo a través del dinero? Porque la ley los protege, es secreto, si no probablemente acabarían linchados. En el fondo es una cuestión de bondad e inteligencia, da igual quienes sean, lo que hay que hacer es pacíficamente pero con tenacidad repartir el poder para que no puedan controlar el dinero.

De pequeño pensaba en lo absurdo de venerar las empresas en lugar de a las personas. Al fin y al cabo, alguien fundó tal empresa que en general sigue uno de estos dos caminos: o la heredan sus familiares o se vende a otros. Puede que el fundador tuviese un propósito positivo de servir a la Humanidad en mayor o menor grado, pero, desde luego, antes o después, los que continúan con su labor solo quieren obtener más beneficios.

POLÍTICA PURA

La clase política tiene que tratar a sus representados como si fueran su propia familia y al territorio como si fuera su propia casa, muy similar a lo que Gandhi esperaba de la gente. Pese a lo que cree mucha gente, no hay una sola democracia en todo el mundo en estos momentos, a principios del siglo XXI. Las llamadas democracias son en realidad aristocracias, gobierno de unos pocos sobre los demás, y las llamadas dictaduras son a su vez monarquías, gobierno de uno sobre los demás. Los gobiernos mixtos como las monarquías parlamentarias (España, Gran bretaña…) son aristocracias sobre una base dictatorial. Cabe mencionar que no se debe confundir democracia (Gobierno de la mayoría) con sufragio universal (Posibilidad o capacidad electiva de los adultos).

Si queremos una revolución efectiva que prospere hacia un futuro mundo más justo, debe hacerse desde la política. La política lleva demasiado tiempo asociada al capital (A la economía) y este a su vez asociado a la expropiación, ya sea mediante crisis o depresiones, la guerra, la supresión de los derechos civiles. Una vez más nos encontramos con que las libertades fundamentales del ser humano no son respetadas, para que el dinero y los pocos que lo poseen en cantidades ingentes sean libres. ¿Acaso alguien en su sano juicio se cree las voluntariosas listas de, por ejemplo, la revista Forbes? El dinero se creó para comerciar con bienes y servicios, no para comerciar con él mismo, lo que se conoce como especular.

LEGISLATIVO Y EJECUTIVO

Al contrario de lo que opinó Rousseau una ley no es buena por ser antigua, sino que es buena cuando es aplicable a toda la Humanidad. Aunque hay parte de razón en la visión de Rousseau con respecto a leyes muy básicas, como las que penalizan matar, agredir o robar a otros seres humanos. Pero realmente ¿son necesarias estas leyes o emanan directamente del sentido común?, y en cuanto al resto de leyes, ¿es en verdad necesaria su abundancia, son útiles, son legítimas?

No existen prácticamente leyes legítimas, ya que el derecho no reconoce leyes no aprobadas o refrendadas por la población. La acción legislativa siempre debe obedecer a la voluntad general del pueblo, y con la aparición de internet se abre además una nueva puerta: La acción ejecutiva también puede llevarla a cabo el pueblo, prescindiendo de esta manera del gobierno tal y como lo conocemos y transformándose este en una institución de arbitraje. La soberanía de este modo recae en casi todo momento sobre la gente y es compartida en parte por magistrados azarosos y por príncipes elegidos y revisados junto con sus gabinetes.

Es lógico, aunque rara vez sucede, que los poderes legislativo y ejecutivo estén absolutamente aislados del judicial (que debe circunscribirse únicamente a la aplicación de las leyes elegidas por el pueblo), sin embargo, no tiene ninguna lógica aislarlos entre sí mismos. El poder ejecutivo y el legislativo deben estar totalmente conectados.

PROPUESTA

Hasta aquí he explicado y criticado lo que cualquiera podría observar si fijara su atención en lo que sucede en nuestro entorno, pero no soy una víctima, no es un reproche sino la exposición previa a una propuesta social y política de futuro, creo mejor, abierta, moderna, justa, libre y de derecho.

La gente, previa identificación electrónica, realiza constantemente propuestas ejecutivas y legislativas vía internet. Estas propuestas son recogidas por un grupo de magistrados elegidos al azar periódicamente de entre el pueblo. Este primer grupo de personas se encarga de elaborar y ensamblar estas propuestas y las dirige a un segundo grupo de magistrados, también elegidos de la misma forma azarosa y por el mismo periodo de tiempo. Este segundo grupo de magistrados da la forma final a las propuestas y las emite para que el pueblo las vote, una vez más vía internet. Por otra parte, periódicamente y cada poco tiempo se elige o refrenda un príncipe, que puede ser cualquier persona del pueblo y cuya característica primordial debe ser que sea justa y honrada. Este príncipe elige a su cuerpo de funcionarios o gabinete y ejerce una soberanía parcial, en la práctica de arbitraje, con dos puntos de intervención. El primer punto de intervención está en el paso del primer grupo de magistrados al segundo y el segundo punto de intervención está entre el segundo grupo de magistrados y el pueblo. Este sistema, pero solo en cuestiones ejecutivas, se aplica también a nivel local.

Observemos el funcionamiento del sistema con unos ejemplos:

Una o varias personas del pueblo proponen que se restablezcan el derecho de esclavitud y la pena de muerte. El primer grupo de magistrados recoge la propuesta y formula un proyecto de ley que envía al segundo grupo. Aquí interviene el príncipe e impide el paso de este proyecto al segundo grupo, por ser la primera contraria al derecho (Si un ser humano puede poseer otro, la libertad es enajenable, y desaparece el derecho) y la segunda irrevocable (en el sentido de que no admite equivocación, y el ser humano obviamente se equivoca). También en este caso se carece de derecho, la vida tampoco es enajenable.

Se propone que todos los componentes del pueblo tengan una vivienda. Aquí no habría problema en el primer paso sino en el segundo. Si el segundo grupo de magistrados emite esta propuesta para que sea votada por el pueblo, sin equilibrarla de ninguna manera, el príncipe debe frenarla y solicitar que se reformule, por ejemplo, compensando a los que ya han pagado o están pagando por una vivienda. En este punto no se interviene en relación al derecho sino por justicia, entendiendo por justicia el equilibrio equitativo de derechos y deberes para todas las personas.

El pueblo sugiere una acción ejecutiva. Como primer ejemplo, atacar un país para obtener su petróleo. En dicha situación, el príncipe interviene entre el primer y segundo grupos de magistrados, porque no existe derecho en atacar sin ser atacados. Como segundo y último ejemplo, se propone impedir la importación de productos agrícolas de un país o continente para mejorar la rentabilidad de los propios productos. En este caso el príncipe interviene entre el segundo grupo y el pueblo, porque ya no es una cuestión de derecho sino de justicia.

En cualquier otra acción en la que el príncipe no tenga que intervenir y que constituyen la mayoría de las mismas, el pueblo decidirá y se ejecutará lo que decida, ya desde la institución pertinente (Por ejemplo si se impide la fabricación de armas para la venta a particulares o terceros, cuestión legítima tanto por derecho como por justicia, el ejército o, en su caso, la policía, tendrá que controlar que todo el armamento fabricado llegue a su destino, los propios ejército y policía), ya desde el gabinete principesco (Por ejemplo se decide enviar a un diplomático a un país para establecer relaciones de cualquier tipo; nada más sencillo, el príncipe o un miembro de su gabinete viaja a dicho país representando lo votado por el pueblo).

Por último imaginemos que al primer grupo le llega una propuesta de carácter local, como el horario de la recogida de basuras de un municipio. En este caso, esta propuesta, que al ser local siempre y solo puede ser de carácter ejecutivo, se envía al primer grupo de magistrados de la localidad concerniente.

En definitiva, tenemos un pueblo soberano que elige sus leyes y su destino y las herramientas necesarias para que la voluntad general se ponga de manifiesto. En cuanto a los periodos electivos, deben ser plazos muy cortos, de a lo sumo dos o tres meses, para evitar la corrupción y la molicie. Obviamente en un primer momento habría que refrendar una por una todas las leyes del Estado, ya que no son legítimas, y habría que refrendarlas también periódicamente, por ejemplo cada cierto número de años. No me pronunció sobre estos extremos con concisión y solo propongo lo conveniente, porque es el pueblo el que debe decidirlos. En efecto, el sistema es abierto, puede y debe modificarse constantemente para afrontar los intentos de usurpación, que seguro sucederán, por parte de particulares avariciosos. Hay, por cierto, un último problema, la educación del pueblo, que se trata en el punto posterior y que en su versión actual no es adecuada a un sistema libre como el propuesto y menos aún mientras los medios de comunicación se acojan a ideologías privadas.

EDUCACIÓN

La sociedad es deprimente para gran parte de la misma y continuamos construyéndola sobre los mismos pilares. Las reglas básicas de la enseñanza no son complicadas y ya Confucio las enunció en un esquema que siempre ha sido eficaz: “Me lo explicaron y lo olvidé, lo vi y lo entendí, lo hice y lo aprendí.” Este antiquísimo eslogan que procede de la filosofía oriental es una realidad del aprendizaje humano. Enseñar no es difícil, es duro. Lo difícil es adaptar la enseñanza a la sociedad, e incluso, viceversa.

NOTA: El entorno (familiar…) es en muchos casos el principal culpable del fracaso del alumnado y de los docentes, y se podrían criticar largamente sus negligencias sin restar importancia a que los sistemas y las bases sobre las que se fundamentan no son favorables.

Corrección de estigmas de la cultura popular que no son ciertos: Ser buena persona no significa que tenga que ser buen docente; El que sabe, si quiere, sabe enseñar. No es verdad que haya gente que sabe mucho y no sepa enseñar; Sin base se puede, con esfuerzo de profesorado y alumnado, coger el hilo. La plasticidad-elasticidad del alumnado es enorme; No existen cosas que hay que saber. La “cultura general” es una falacia, ya que, en términos prácticos, la cultura es infinita.

En primer lugar todos los sistemas educativos del mundo son burocráticos e inflexibles y en segundo lugar los investigadores −que frecuentemente ensayan con bichos o “encuestas”− nos hablan de pamplinas como tipos de inteligencia o competencias/capacidades básicas.

En cuanto al primer punto, los sistemas educativos precisan cambios radicales, a saber: Lo fundamental es que el sistema obligatoriamente tiene que ser anárquico, cualquier intento de gobernar las almas o los espíritus tiene como consecuencia la pérdida de la libertad básica del alumnado, debe desaparecer la burocracia completamente ya que es una pérdida de tiempo y no tiene ninguna utilidad, los docentes deben ser elegidos según sus conocimientos, sus habilidades, su versatilidad o polivalencia y sobre todo su vocación, el alumnado tiene que ser lo más diverso posible en cada centro (Hay que “barajarlo”), tiene que haber muchas más materias en todos los centros y posibilidad de mezclarlas a placer, el alumnado debe poder elegir desde la pubertad y poder cambiar si considera que se ha equivocado, con total libertad, tiene que haber una diversidad mucho mayor de carreras/especialidades (Es absurda una clase de doscientos arquitectos anuales en cada universidad, por ejemplo), debe desaparecer la gradación por edades, el alumnado debe disponer de un ordenador propio durante todo el trayecto educativo y deberían desaparecer los llamados libros de texto.

En cuanto al segundo punto, el aprendizaje cooperativo debe imponerse sobre todos los demás (Supone un necesario acto de humildad del docente y un beneficio evidente para el alumnado. Consiste básicamente en que el docente aprende del alumnado, el alumnado del docente y el alumnado de entre sí mismo), la enseñanza debe carecer de ideología excepto el propio afán de enseñar, hay que facilitar el aprendizaje implementando la correlación entre las distintas materias, las prácticas deberían abarcar mucha mayor parte del currículo para darle coherencia, la libertad del alumnado para elegir qué aprender, por dónde empezar a aprender, de qué forma hacerlo, a qué ritmo… solo es posible mediante la tecnología (Informática fundamentalmente).

La sociedad requiere estos cambios porque el futuro es impredecible, de forma que cuanto más diversas sean las personas con respecto a sus conocimientos y habilidades, mejor sabrán participar en él.

EL CAMBIO SOCIAL: TRABAJO

En cuanto a las relaciones de unos humanos con otros, hoy se habla mucho de las horizontales, en las que individuos especializados en una sola tarea no están subordinados a otros sino que ocupan un nicho diferente. Yo voy más lejos, además de abolir las jefaturas, establecería turnos o rotaciones entre las distintas labores. Por ejemplo, un museo, en el que todos los trabajadores están relacionados con la temática de las exposiciones (no tiene que ser mediante titulación forzosamente, puede ser por otros méritos o simple diletantismo) y el que un día es director, al día siguiente limpia el local y al otro hace de guía o se dedica a estudiar una pieza. Un modelo similar al de Kropotkin, aunque en lugar del anarcocomunismo yo apostaría por el liberalismo ético, un mundo sin fronteras, subvenciones ni aranceles, pero con sanidad, enseñanza y bienes básicos obligatoriamente gratuitos y un control sobre las fortunas en forma de reparto equitativo y periódico de la riqueza. Esto solucionaría en gran medida casi todo problema de ergonomía laboral sin necesidad de esperar al desarrollo de la robótica y la inteligencia artificial. También debería aumentar el espacio de expansión del trabajador como persona, menguante al menos en la Unión (en vez de esperar a los robots nos están transformando en ellos). Y quien crea que los más limitados intelectualmente no tienen nada que aportar debería pasar algún tiempo con ellos para descubrir que se equivoca. Todo esto se puede ajustar, obviamente un anciano no debe descargar mercancía o un paralítico limpiar retretes, ni alguien sin los conocimientos necesarios operar a un paciente (aunque una mayor responsabilidad en la sanidad habría sido conveniente, me refiero concretamente a la ineficacia actual de los antibióticos por su empleo estúpido. Cabe mencionar que el avance médico más importante de todos los tiempos, la vacuna, es mucho más barato y práctico que las carnicerías y chapuzas que hacen en general los médicos y la investigación sanitaria tendría que fijar como objetivo innovaciones de este tipo, que van al núcleo del problema y lo solucionan perfecta y elegantemente); o algunos pueden preferir tareas solo físicas o solo mentales, o cambiar de ambiente además, por ejemplo compaginando trabajos industriales con agrícolas, pero a grandes rasgos trabajos con espacio para desarrollarse como persona, que conjuguen diversas actividades, sin ocupar demasiado tiempo vital para permitir actuaciones políticas y sociales, como la crianza de hijos o el cuidado de valetudinarios e inválidos y ejercidos con libertad (si una persona necesitara más ocio no debería suscitar envidias porque trabajar de esta forma sería algo agradable y enriquecedor) es el ideal al que debemos aspirar.

EL SER HUMANO ES UN ASESINO, Y CUESTIONES COMPLEJAS

Por lo general el hombre asesina en caliente y la mujer en frío; todos son crímenes, los violentos de los hombres y los sibilinos de las mujeres. Basta comprobar el número de homicidios (en guerras…) cometidos fundamentalmente por hombres y el número de abortos, en los que la mujer es el verdugo. Con estos dos ejemplos que constituyen la mayoría de los asesinatos, todo parece indicar −como enuncian los budistas− que el crimen más atroz es una mera cuestión de situación.

¿Cómo conciliar la naturaleza humana con la condición humana? Difícil pregunta pero con respuesta sencilla, abandonando el egocentrismo −no lo confundan con egoísmo, absolutamente necesario para ser feliz−; mirar en los ojos del otro, ya sea persona del sexo opuesto o de edad o características completamente diferentes a la propia, animal, planta… en definitiva, consiste en el despertar interior al que aluden Hesse y otros muchos sabios del pasado, para encontrarse con el entorno cara a cara. En ese instante, conseguido este objetivo, lo que se es y el devenir se fusionan en uno y ya no hay marcha atrás, uno en el Universo, ni más ni menos.

Este es el punto de partida para otro de los retos de nuestro tiempo, la conjunción del individuo y el colectivo. Una vez que el individuo se conoce a sí mismo puede integrarse en el colectivo. No quiere decir esto que deba obedecer la voluntad de la mayoría, sino la voluntad general, que es mucho más completa −ya que comprende todas las diferencias de los seres humanos (El Contrato Social, Libro Segundo, Cap. III)−, porque a todos beneficia a la larga.

En resumen: como individuos somos subjetivos, atendemos a nuestras necesidades propias, aunque sean estas muy similares a las de los demás; pero al integrarnos en lo colectivo con total sinceridad, somos objetivos, porque así es la voluntad general. A propósito del bien y del mal, el enfoque más lógico es el que se realiza desde la perspectiva de la política, ¿qué mejor manera de establecer lo que está bien y lo que está mal que mediante la voluntad general? Pero hay otra cuestión subyacente, ¿pueden entonces cambiar el bien y el mal? Cierto es que puede cambiar su manifestación, por ejemplo puede haber un ladrón de bancos que simplemente pulse las teclas de un ordenador, pero no por ello deja de robar. Por otra parte, cuanto más amplia sea esa voluntad general (Cuanta más gente participe en ella) será más difícil que el bien y el mal sean confundidos. Un tercer factor es la propaganda, tratada en otro punto, que puede condicionar la visión de la gente sobre estos extremos.

DEL EJÉRCITO

Sartre aborrecía la cultura popular, y yo estoy bastante de acuerdo con él, es casi siempre ridícula. Uno de los ejemplos más claros lo tenemos en la incorporación del lenguaje bélico a los asuntos civiles: ¿Quién no ha oído en alguna ocasión que hay que enfrentarse a la vida? ¿No será más bien afrontar la vida?

Lamentablemente, aunque la mayoría de los ejércitos se dedican teóricamente a la defensa, y de hecho el nombre que adoptan institucionalmente es ministerio (o similar) de defensa, lo que observamos en la actualidad es ejércitos con una supremacía tecnológica inapelable invadiendo regiones con intereses económicos o estratégicos de algún tipo (Recursos naturales como petróleo o diamantes, holocaustos étnicos por la dominación de territorios…), en las llamadas intervenciones militares, que no son sino guerras y en el fondo crímenes, porque no sirven para defenderse de un ataque previo, que es la única justificación legítima de la guerra. En estos también llamados conflictos, curiosamente, a pesar de todos los supuestos avances para evitarlo, mueren muchos más civiles que militares.

Buscar el honor en una guerra es como mirar al cielo esperando a que lluevan diamantes. Hay honor en una persona que defiende su hogar, pero no en una que ataca porque se lo ordenan. Aquí también hay una confusión típica, un perro es noble cuando obedece, una persona es noble cuando decide lo correcto.

Pero hay todavía algo más importante en todo esto, la sabiduría, que se manifiesta cuando alguien se va a otro lugar para evitar que le maten y tener que matar. En los campos de refugiados hay más sabios que en todas las Universidades juntas, gente que rechaza la violencia y que no está dispuesta a sufrirla ni ejercerla o a que sus familiares y amigos caigan en sus garras.

Hay que diferenciar claramente entre seguridad y defensa, y crimen y ataque. La seguridad no se puede conservar por medio del crimen, fácilmente demostrable analizando las estúpidas actuaciones que los servicios secretos vienen perpetrando cada vez con más descaro. Igualmente, atacar sin ser atacado es un crimen y, hoy por hoy, todas las guerras lo son, porque en ninguna se da una agresión previa que la justifique.

ARTE VS. PROPAGANDA

Es obvio que la máxima expresión del arte en nuestro tiempo es el cine, básicamente porque abarca todas las demás formas de expresión artística. Pero cuidado, porque no todo el cine es arte, gran parte de él es propaganda. Por no acudir al consabido ejemplo del cine bélico, voy a explicar otro concreto con la misma función: Se estrenó hace aproximadamente medio siglo Las sandalias del pescador, y exactamente una década después se transformó en realidad con Juan Pablo II. Causa y efecto, por supuesto, pero causa provocada.

EPÍLOGO

El inconveniente del intelecto, aparte de no estar suficientemente valorado hoy en día, es que normalmente está enlazado a una sensibilidad superior, y teniéndolo por poco útil, nuestra sociedad deja pasar posibilidades de progreso o evolución en todos los ámbitos. Sin embargo no es este el único motivo de freno, pues el capitalista, el sectario y el ideológico son también inconvenientes que influyen notablemente.

Ya no hay crítica audaz ni mordaz y no se habla de librepensadores. Pues bien, en el futuro incierto que acometemos van a ser indispensables. Hablamos de superpoblación, contaminación, radiación, armamento, extinción, destrucción… como el pan nuestro de cada día y esta insensibilidad acabará, seguro, cuando lleguemos a un límite aparentemente no muy lejano.

Para terminar, una reflexión quizá simplista: “En este mundo del siglo XXI hay tanta oferta de seres humanos que no tienen prácticamente valor, esclavos del mercado”.



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